El Design Thinking es una metodología de trabajo utilizada en la resolución oportuna de problemas, que se manifiestan en las organizaciones en la actualidad. La cultura organizacional funge como práctica estratégica para alcanzar el éxito, ya que la innovación surge de cualquier colaborador aunado con el potencial de contribuir con ideas o iniciativas a favor de una mejora continua.
La esencia del Design Thinking consiste en empatizar, idear y experimentar, sin embargo, no es un proceso lineal, es un ciclo en el que se alternan distintos métodos hasta llegar a una solución adecuada de forma creativa.
¿Por qué aplicar el Pensamiento de Diseño?
1. Permite identificar la complejidad de los problemas y sus componentes, así como
implementar las posibles soluciones y probar la efectividad de cada una de ellas.
2. Reducción de riesgos, ya que permite tener en cuenta la viabilidad de las
decisiones desde un punto de vista tecnológico, de negocio y de usuario.
3. Aumenta la colaboración y comprensión entre los equipos de trabajo de diferentes
áreas, ya que se permite considerar los puntos de vista de distintos perfiles
profesionales.
4. Acelera el ciclo de desarrollo de nuevas soluciones. Esta metodología permite
detectar fallas organizacionales, por ello cada error se considera un área de
oportunidad.
5. Adaptación eficaz a los cambios del mercado. Se promueve que la experimentación y
la creatividad se conviertan en un componente fundamental para la cultura
empresarial. Por ello, es necesario trabajar en crear procesos más flexibles y
estudiar el potencial de las ideas.
El Pensamiento de Diseño alienta a las organizaciones a centrarse en las personas que necesitan soluciones; conduce a centralizar los productos, servicios y procesos internos en el ser humano.